El guardián entre el centeno.
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Un aburrido día de otoño, Holden Caufield decidió contar lo que había ocurrido las Navidades pasadas, antes de que se quedara tan débil que tuvieran que mandarle a un lugar cercano a Hollywood para reponerse un poco. No se lo había contado ni a D.B, su hermano. Como D.B vivía en Hollywood solía ir a verlo casi todos los fines de semana. Probablemente sería él quien le llevara a casa cuando saliera de allí, quizá en un mes. Su hermano acababa de comprase un "jaguar", uno de esos cacharros ingleses que se ponían a doscientas millas por hora sin esfuerzo. Le había costado cerca de cuatro mil dólares. Era un famoso escritor y tenía mucho dinero a diferencia de antes, cuando sólo era un simple escritor. La fama le llegó gracias a un libro de cuentos titulado "El pececillo secreto". El cuento preferido de Holden era el que se llamaba igual que el libro. Trataba de un niño que tenía un pez y no se lo dejaba ver a nadie porque se lo había comprado con su dinero. Ahora D.B estaba en Hollywood prostituyéndose. Holden odiaba el cine, no podía ni escucharlo.