Una mañana calurosa
de verano, los niños estudian
cansados y sudorosos,
a las chicharras escuchan.
En una clase tórrida,
chirrían los ventiladores,
la mañana dorada,
en los azulejos reflejada
Da vueltas la profesora,
una mujer joven y lista,
con firmes pasos,
la lección dicta y dicta.
Dicta y dicta sin cesar,
su voz no cesa de sonar,
manos cansadas de copiar,
los lápices hacen bailar.
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